Portafolio. Enero 23 de 2019.
El ministro de Agricultura Andrés Valencia, lanzará en los próximos días la estrategia de 360°. Habrá más apoyo a cultivos de arroz, papa, algodón y cacao.
El Ministerio de Agricultura tiene listo el plan de acción de la política agropecuaria para los próximos cuatro años, que consiste en una estrategia de 360° que incluye ordenamiento de la producción, financiamiento, protección sanitaria. Habrá planes especiales de producción de arroz, papa, algodón y cacao, que buscan ordenar producción, elevar la rentabilidad, mejorar productividad y reducir costos.
En materia de financiamiento estamos próximos a lanzar una estrategia de riesgo llamada 360 grados, que tendrá seguro agropecuario, plan de bancarización, líneas de crédito para diferentes actividades con subsidio de tasa. La idea es que, como mínimo, la colocación de crédito rural en el país crezca al menos el 7% en el 2019. Trabajaremos en el establecimiento de tasas diferenciales para clientes con buena historia financiera, el tamaño del productor, si tiene buenas prácticas agrícolas, producción amigable con el medio ambiente.
El objetivo final es llegar a financiar por lo menos el 50% de la producción agropecuaria en el cuatrienio. Hoy, el PIB del sector es de unos $60 billones y apenas se financian $15 billones. En esta estrategia de 360 grados, la inclusión financiera es uno de los puntos claves a ejecutar.
¿Qué se va a hacer en diversificación de exportaciones agropecuarias?
Estamos avanzando en varios productos que son estrellas nacientes en la oferta exportable, como tilapia, aguacate, cacao, piña y cítricos. Aquí, lo más importante es trabajar en la contención de enfermedades que atacan a estos cultivos, y que se convierten en barreras para el acceso a mercados. Para ello, el ICA tiene en marcha una estrategia para frenar con las plagas que amenazan a estas actividades.
¿En qué consistirá la estrategia fito y zoosanitaria?
Tendremos un plan de diplomacia sanitaria con el objetivo de aprovechar mejor los alcances de los tratados de libre comercio. Designaremos agregados agrícolas en las principales embajadas de Colombia en el exterior.
La idea es negociar protocolos sanitarios de acuerdo con nuestra capacidad de producción, para que estas acciones sean realmente aprovechables. Nuestro plan busca mejorar la cultura sanitaria, establecimiento de estatus en este campo para acceder a los mercados, y planes de erradicación de enfermedades.
¿Qué van a hacer para romper las barreras en la comercialización de los productos del campo?
Nos enfocaremos en impulsar la agricultura por contrato. Este es un esquema que por primera vez el contrato de compra o venta va a servir de garantía para un crédito a una tasa de interés muy baja: DTF-1 para pequeños productores y DTF+1 para medianos de grandes.
La meta es llegar a 300.000 productores en los próximos cuatro años. Tenemos el compromiso de la Cámara de Alimentos de la Andi, que nos apoya en este esquema. La industria procesadora de materias primas agropecuarias está dispuesta a firmar contratos de proveeduría con los agricultores. La idea es conectar a todos los miembros de la cadena.
¿La institucionalidad agropecuaria es suficiente para todos estos planes?
No estamos pensando en crear nuevas instituciones, porque no se necesitan y por la política clara de austeridad en el gasto público. Lo que estamos haciendo es una revisión del andamiaje y del papel de cada una de ellas para hacer los ajustes, especialmente en materia de aprovechar sinergias entre las entidades. El Ministerio tiene que ser el ordenador de la política, pero no el ejecutor, pues esa es una labor de las entidades.
¿Cómo terminó el 2018 para el campo?
A nuestra llegada recibimos preocupaciones de muchos sectores, tales como cafeteros y arroceros. Nos tocó reaccionar y logramos frenar el impacto sobre los productores. Otorgamos subsidio al precio de la carga de café cuando esta cayera por debajo de $700.000 y en el caso del arroz se asignaron recursos para financiar el almacenamiento del grano.
A los productores de maíz se les ayudó con las coberturas y se asignó un incentivo para la exportación de panela. Se creó un instrumento de subastas para los productores de leche y lanzamos una campaña para producción y consumo de este alimento. Estamos lanzando campañas para promover la demanda de café, pescado, aceite de palma, huevo, carne y leche. Se asignaron 30.000 millones para subsidiar los seguros agropecuarios.
El crecimiento del sector no fue el mejor en el 2018, debido especialmente a la caída de algunos cultivos transitorios y la crisis de precios del café. Eso nos llevaría a un aumento del PIB sectorial de 2,4 o 2,5% en el 2018.
¿Cuáles serán las tareas del 2019?
Nos enfocaremos en la agricultura por contrato para mayor certidumbre, rentabilidad y formalidad. Tenemos claro que hay que ordenar la producción, para evitar fluctuaciones de precios, caídas en productividad y en rentabilidad.
¿Y eso cómo lo van a hacer?
Lo que queremos es fomentar un esquema de siembras en zonas mayor aptitud del suelo señaladas por la Upra, que ya tiene identificadas cuáles son las mejores áreas de producción del grano en el país. También incentivaremos la siembra de arroz con semilla certificada y se usen los mejores paquetes tecnológicos disponibles en el mercado. Esto lo queremos hacer con algodón, papa, maíz y otros cultivos, especialmente aquellos que tienen baja productividad.
¿El campo ya está sintiendo el dividendo de la paz?
Es evidente que hay más tranquilidad, a pesar de que hay zonas complejas. Esto ha despertado un mayor interés por invertir en el campo, aunque es necesario atender situaciones que afectan esa tranquilidad como el aumento de los cultivos ilícitos.
Especializacion financiamiento y sanidad nuevos ejes del campo